La Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD), a través de su Dirección de Inteligencia, llevó a cabo la Operación Tormenta en la zona de Karapã’i, departamento de Amambay. La acción permitió desmantelar una estructura criminal dedicada al procesamiento y tráfico de marihuana con alto contenido de THC, presuntamente dirigida a abastecer a organizaciones criminales del Brasil.
Durante el operativo, agentes intervinieron tres viviendas conectadas entre sí y vinculadas a campamentos clandestinos que funcionaban como centros de acopio y elaboración de grandes volúmenes de droga. La infraestructura contaba con equipos industriales como prensas, congeladoras, zarandas, molinos, balanzas electrónicas y más de 500 garrafas de gas butano y propano, utilizados en procesos químicos avanzados para obtener marihuana concentrada.
El uso de gases altamente inflamables evidencia el alto riesgo técnico y ambiental asociado a esta modalidad de producción. Se trata de uno de los métodos más peligrosos dentro del narcotráfico, no solo por su toxicidad, sino también por el potencial de explosiones durante el proceso.
La Operación Tormenta representa uno de los mayores golpes contra el narcotráfico en lo que va del año. La intervención afectó significativamente la capacidad logística, financiera y territorial de una organización asentada en el norte del país. Las investigaciones indican que toda la producción estaba destinada al mercado brasileño, donde este tipo de sustancias tiene alta rentabilidad.
La fiscalía a cargo del caso fue liderada por el Agente Fiscal Celso Morales , de la Unidad Especializada en la Lucha contra el Narcotráfico, quien supervisó las diligencias judiciales relacionadas con la operación.